“Los guardias civiles del Servicio Cinológico somos privilegiados por trabajar en El Pardo”, Iván García González

Ingresó en la Guardia Civil en 2001. Después de trabajar nueve años en el Grupo de Especialistas en Actividades Subacuáticas, hizo el curso de guía de perros y decidió dar un giro a su vida profesional. Su motivación, entusiasmo por aprender y gran labor en el Servicio Cinológico, ubicado en El Pardo, no sólo le han llevado a ser un reconocido guía e instructor en España, en Europa ya se habla de él. La Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas (Frontex) acaba de nombrarle asesor, convirtiéndose en el primer español que asciende a este cargo

  • ¿Por qué decidió ser guardia civil? ¿Qué le llamó la atención del Cuerpo? En el año 1997 ingresé en el Ejército como soldado profesional y, en varias maniobras, tuve contacto con diferentes unidades de la Benemérita. La descubrí. Estando desplegado en Bosnia y Herzegovina, en los años 98-99, creció mi interés por la Guardia Civil. Por aquel entonces, yo hacía buceo deportivo y coincidí con el Grupo de Especialistas en Actividades Subacuáticas (GEA), y me dije ‘ese trabajo me gusta’. Decidí cambiar mi carrera profesional y, en 2001, aprobé e ingresé en la academia.
  • ¿Cuál fue su primer destino? Mi año de prácticas fue en Lanzarote. Opté por este destino porque me apetecía irme lejos (soy de Fuenlabrada) y conocer algo nuevo. Tenía 20 años y quería descubrir mundo.
  • Poco después, se presentó a las pruebas de acceso al curso de buceador de la Guardia Civil. Los dos años siguientes trabajé en Palmanova (Palma de Mallorca).  Allí realicé los exámenes y aprobé, por suerte, a la primera.
  • ¿En qué consisten las pruebas? Siempre digo que para ingresar en los GEAS tienes que ser muy completo en todo. Físicamente has de estar muy preparado porque son duras. Por otro lado, hay pruebas de conocimientos, psicología… Te ponen en situaciones límite.
  • ¿Cuándo empieza a trabajar como buzo de la Guardia Civil? No fue inmediatamente. Pasé dos años en Palmanova hasta que pude coger vacante en Gerona. Allí estuve cinco. Después, trabajé dos en Almería.
  • ¿Qué le ha marcado durante su labor en los GEAS? Para mí, lo más gratificante ha sido rescatar a alguien. Recuerdo un aviso para ayudar a un pescador que estaba atrapado por un temporal. También, otro que nos notificó que un chico, que iba en piragua, no podía regresar. Les salvamos la vida.
  • ¿Ha visto peligrar la suya en algún servicio? No, porque tenemos buena formación y equipación, pero sí he vivido situaciones de susto. El medio subacuático es complicado, sobre todo, en zonas de cuevas o de cero visibilidad.
  • ¿Cuándo descubre los perros de la Guardia Civil? Siempre ha habido alguno en mi vida y he tenido mucha relación con ellos. Mis abuelos tenían una finca donde había muchos. Estando en el GEAS decidí tener una dóberman y se despertó algo en mí. Me apetecía hacer algo más con el perro, no sólo que fuera mi mascota. Quería experimentar lo que era tener uno como compañero de trabajo. Opté por dar un giro a mi vida y lanzarme a algo nuevo, después de nueve años en el Grupo de Especialistas en Actividades Subacuáticas. En 2011 hice el curso de guía de perros en el Servicio Cinológico de la Guardia Civil, que se ubica en El Pardo. Conocía esta unidad porque los buzos del Cuerpo hacen revisiones de las zonas portuarias cuando van a atracar los cruceros. Se supervisa que esté todo bien bajo el agua. Por su parte, los guías caninos son los que, generalmente, hacen la inspección de explosivos. En estas tareas fue cuando tuve más contacto con ellos.
  • ¿En qué consisten las pruebas de acceso al curso de guía? Hay un examen teórico y un test psicotécnico. Una vez superados, te examinas de la parte física y, después, has de pasar una entrevista personal.
  • Superada la formación, que dura seis meses, decidió quedarse en El Pardo. Efectivamente. Me ofrecieron una plaza y dije que sí. Estuve en el Órgano Central de la unidad durante cinco años y, después, en la otra parte, que es el centro de adiestramiento, como instructor. Allí me encuentro actualmente.
Iván, con Trinity, la perra que más ha marcado su vida personal y profesional. Falleció hace dos años.
  • ¿Cuándo comienza su trayectoria internacional? En 2014, por parte del Servicio Cinológico de la Guardia Civil, me nominan para la participación en el primer curso de instructores de equipos caninos de la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas (Frontex), en el área de la detención.
  • ¿Por qué cree que le eligieron a usted? Soy una persona muy motivada y creo que mis jefes percibieron mis ganas de aprender. Por otra parte, otro factor decisivo fue mi buen nivel de inglés.
  • ¿Cómo fue aquel primer curso en el extranjero? Su duración fue de un año, pero no consecutivo. Se dividió en módulos, que se realizaron en diferentes épocas y países (Rumanía, Noruega, Lituania y Estonia). Participé junto a policías de España y, prácticamente, de toda Europa. Fuimos unas 30 personas.
  • ¿Cuántos consiguieron la certificación? Sólo seis, entre ellos, yo. Es bastante complicado obtenerla.
  • ¿Qué título se obtiene? Instructor europeo de equipos caninos. Una titulación que habilita a formar a personas para que sepan adiestrar perros.
  • Hay más niveles de titulación. Explíqueme. Sí, otros dos. Guía de perros y asesor.
  • ¿Qué es ser asesor? Es el tercer nivel y la persona que lo nombra es el director de proyecto. Previamente, valora la opinión de otros asesores e instructores certificados, que tienen en cuenta sus capacidades demostradas en las diferentes actividades.
  • Usted ha sido el primer español que ha sido nombrado como tal en Frontex. Sí. El mes pasado, durante la realización del módulo que ahora se está llevando a cabo en el curso de instructor europeo, me ascendieron a asesor, junto a un portugués de la Guardia Nacional Republicana y un capitán de la guardia fronteriza letona.
  • ¿Cómo recibió la noticia de su nombramiento? En parte, podía sospechar porque veía cómo los asesores me ponían a prueba para ver mi capacidad como tal. Se puede decir que estaba en la cantera y existía la posibilidad de que saliera mi nombre. No obstante, no me lo esperaba en el momento en el que el director del proyecto anunció mi ascenso a asesor.
  • ¿Qué siente? Orgullo por dos partes. Una, porque me han visto capaz de desarrollar el trabajo que implica esa posición. Otra, por lo que me toca como español y guardia civil. Saber que soy el primero me enorgullece. A todo el mundo le gusta que reconozcan su trabajo. Mis años de esfuerzo y dedicación se han visto recompensados. Me alegra muchísimo llevar fuera de las fronteras el uniforme de la Guardia Civil y representarla.
Iván, con sus compañeros de Frontex, en la sede de la Guardia Nacional Republicana de Portugal.
  • ¿Qué supone para la Guardia Civil este cargo? Algo importante porque, a partir de ahora, en las decisiones que se tomen en la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas se tendrán en cuenta las mías, y yo represento a la Guardia Civil. El papel de la Benemérita, dentro de este proyecto canino en toda Europa, es destacado. Frontex es la encargada de la seguridad en el territorio europeo y, también, prestamos apoyo a muchos Estados miembros que nos lo solicitan. Tenemos actividades de cooperación con otros organismos, como la Organización de Seguridad y Coordinación de Europa (OSCE). Por otro lado, la Guardia Civil se nutre de la gente que salimos fuera, de los conocimientos que adquirimos. En mi caso, todo lo que he aprendido fuera lo he reflejado en la instrucción que doy.
  • Para Frontex también es un plus tener a miembros de la Benemérita. Sí, la agencia se retroalimenta de nosotros. Yo, como instructor aquí, voy mejorando año tras año y adquiriendo más conocimientos. Cuando salgo fuera, los llevo.
  • ¿En qué va a consistir su trabajo en la agencia europea como asesor? Ahora pertenezco al órgano consultivo y decisivo. Cualquier tipo de duda que haya, por parte de alguna policía de Europa, somos a quien se van a dirigir para resolverla. Por otra parte, programar las actividades y cursos y supervisar a los instructores, así como apoyarles.
  • ¿De qué manera compaginará ambos trabajos? En el Cuerpo, mi labor, desde 2014, es instructor. Por lo que seguiré implementando y transmitiendo todos mis conocimientos, y mejorando la especialidad en todo lo que sea formación de los nuevos guías de perros. Por otro lado, Frontex va a requerir un poco más de presencia. Compatibilizaré ambas labores. Agradezco a la Guardia Civil que me dé la oportunidad, porque sufrirá mis ausencias.
  • ¿Cómo está valorado el Servicio Cinológico de la Guardia Civil en el extranjero? Participamos en muchas actividades internacionales y estamos al día de las nuevas técnicas, metodologías operacionales… Tenemos muy buen nivel. Lo digo como persona que trabaja con policías de muchos lugares, no solamente de Europa.
  • ¿Cómo es su día a día? Estoy en el grupo de formación. Cuando hay un curso desarrollo mi labor como instructor, dando clases teóricas o trabajando en la pista. A los alumnos les enseño cómo ser guía y adiestrar a un perro. La otra mitad del año, preparo las actividades de la siguiente formación. Un instructor no sólo da clase en los cursos básicos, hay muchos; figurante, instructor de la Guardia Civil, de reciclaje, a otras unidades o Cuerpos…  Por otra parte, está mi trabajo en Frontex.
Iván, en Lisboa, durante la realización de un módulo que se está llevando a cabo en el marco del Curso Europeo de Instructor de Equipos Caninos de Frontex.
  • Hábleme de una situación que le marcó como guía de perros. Los momentos en los que he encontrado familias con niños a 10-15 bajo cero, intentando cruzar una frontera. Esto te toca el corazón.
  • ¿A cuántos compañeros ha formado? Es muy difícil dar un número. En el Servicio Cinológico impartiremos el octavo curso y en cada uno ha habido una media de 25. A estos hay que sumar en otros lugares, también los europeos… En ocasiones, he dado al mismo tiempo tres extranjeros y el nacional. 
  • ¿Qué cualidades ha de tener un guardia civil que quiere hacer el curso de guía de perros?  Tener vocación para trabajar con animales. Si no se tiene, no se disfruta en el trabajo y esto es lo que da tener efectividad.
  • De todos los canes que ha instruido, ¿cuál le ha marcado? Sin duda, Trinity. Era una pastor belga malinois. Con ella he hecho muchos cursos en el extranjero y he estado desplegado. Además, vivía conmigo. Estábamos 24 horas juntos.
  • En su opinión, ¿qué es lo mejor de la Guardia Civil? Tiene campos muy variados y diferentes; montaña, delitos informáticos, buzos, caballos, helicópteros, seguridad ciudadano, tráfico…
  • ¿Qué consejo daría a una persona que acaba de acceder a la Guardia Civil? Antes de optar por una unidad determinada, que experimente y no se centre en una cosa.
  • ¿Ya conocía El Pardo cuando ingresó en el Servicio Cinológico? Había estado alguna vez aquí. Si ya me gustaba antes, cuando hice el curso y tuve la oportunidad de conocerlo a fondo, me gustó muchísimo más. Somos privilegiados por la zona en la que trabajamos.
  • ¿Es muy diferente a las escuelas de adiestramiento de perros extranjeras? Creo que he estado en todas las de policías de Europa y considero que la localización que tenemos es excepcional. Poder salir al Monte de El Pardo, tener zonas donde entrenar y pasear es excelente para personas que trabajamos con perros.
  • ¿Qué le gusta hacer en nuestro barrio? Los compañeros nos reunimos aquí siempre que tenemos algo que celebrar.
Clase del módulo que actualmente cursa Iván, en la Academia de Policía de Croacia.

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