La atención personalizada al alumno, la seña de identidad del Colegio Diocesano San Francisco de El Pardo
Las paredes que durante muchos años albergaron el centro educativo Virgen del Carmen en Mingorrubio son testigos, desde 2005, de la educación que imparte el Colegio Diocesano San Francisco.
Este centro, de más de un siglo de historia, se mudó desde el Cristo hasta allí cuando la orden a la que pertenecía, los Capuchinos, decidió no continuar con su proyecto educativo. Esto supuso un disgusto para los alumnos y sus padres. Muchos de ellos se movilizaron y solicitaron a la Diócesis de Madrid la posibilidad de que el Colegio San Francisco formara parte de los centros diocesanos y se ubicara en El Pardo. La petición fue aceptada y el colegio pasó a formar parte de la Fundación Virgen de la Almudena.
Hoy, el Colegio Diocesano San Francisco sigue siendo el único centro que oferta Enseñanza Secundaria Obligatoria y Bachillerato en nuestro barrio. Por ello, año tras año, muchos de los niños que concluyen sus estudios de Primaria en el Colegio Monte de El Pardo se matriculan allí. Pero no sólo son ellos los que ocupan sus aulas, este colegio cuenta con alumnos procedentes de otros barrios, como Montecarmelo, e incluso del centro de Madrid.
Cada curso escolar, en el centro estudian unos 100 chicos. Una cifra que hace posible que su equipo docente ofrezca una atención muy personalizada. “El ser un colegio pequeño nos lo permite. También, por supuesto, la entrega de los profesores, a quienes les encanta lo que hacen. Ellos se ponen de acuerdo con los estudiantes cuando les demandan más horas, algo que es complicado hacer en un colegio de, por ejemplo, 1.000 alumnos. Actualmente, somos 15 docentes”, dice Mª Teresa Rueda López, directora del centro.
Mª Teresa dirige el colegio, antes fue jefa de estudios. Nadie mejor que ella para hablarnos de lo que ofrece el centro, no sólo por su cargo, sino por los años que lleva ejerciendo su profesión allí. “Soy profesora desde el año 1998”, nos comenta.
En el Colegio Diocesano San Francisco la jornada escolar comienza a las 8.15h. y termina a las 14.05. ó 15h. (dependiendo del curso). Allí la educación es conveniada (similar a concertada) y se ofertan los cuatro cursos de ESO y los dos de Bachillerato, incluyendo las modalidades de Ciencias de la Naturaleza y de la Salud, y Humanidades y Ciencias Sociales.
Para el curso que viene se espera que muchos estudiantes de Educación Secundaria Obligatoria soliciten plaza, los de Bachillerato son menos. No obstante, cada año crece el número de estos gracias a las iniciativas que pone en marcha el colegio y que no hacen otra cosa que facilitar la vida a los padres y alumnos. Por ejemplo, desde el curso 2012/2013 los chicos que vienen de Montecarmelo tienen ruta.
Unas instalaciones muy completas
Aunque el colegio se trasladó a las instalaciones del desaparecido Virgen del Carmen, allí tuvieron que ampliar unas aulas y modificar otras. De estas últimas, la directora siente un particular orgullo por el laboratorio.
“Está muy preparado para que los alumnos usen el instrumental. Y, por supuesto, lo primero que les explicamos es que aquí no se huele y no se toca nada sin atender antes las explicaciones del profesor y las impresas en los frascos. En el laboratorio los chicos ven los efectos de los disolventes, hacen disecciones, pruebas para ver grupos sanguíneos…”, comenta la directora. No cabe duda de que es uno de los lugares preferidos por los alumnos de ciencias.
Por supuesto, la biblioteca no podía faltar en el centro. Está dotada con fondos que han donado las familias de los alumnos e incluso los vecinos de Mingorrubio y El Pardo. Periódicamente, el número de libros se va aumentando por petición de los estudiantes. “Les pedimos que escriban en una lista los que quieren leer. De este modo, compramos los que les gusta, no lo que creemos que les puede gustar. Consiste en leer. Con la lectura se consigue vocabulario, se aprende a comprender mejor. Es imprescindible”, subraya la directora.
También, el Colegio Diocesano San Francisco cuenta con aulas de música y tecnología, gimnasio, instalaciones deportivas exteriores e incluso un huerto.
En el huerto, los alumnos de la ESO plantan lechugas, acelgas, fresas, melones, calabacines, pimientos… Cuando ya están listos para comer se lo llevan a casa. Lo mismo hacen con los conocimientos que aprenden en el colegio. Salen de las aulas con ellos para emplearlos a lo largo de su vida.
Cabe destacar, además, que el centro se encuentra en el Monte de El Pardo, lo que permite a los alumnos estar en continuo contacto con la naturaleza. En ocasiones, la clase de educación física consiste en correr o montar en bici por el monte.
Los padres, muy involucrados
En el Colegio Diocesano San Francisco también se apuesta por la atención personalizada a los padres. Para lograrlo, el equipo docente se adapta, en la medida de sus posibilidades, a la disponibilidad de los progenitores.
Este esfuerzo lo agradecen los padres y lo demuestran participando en muchas actividades del centro. Así, varios años han acudido a la jornada cultural y han ido al teatro con los alumnos y profesores. “Cuando los padres nos dan ideas, las estudiamos y, si se pueden llevar a cabo, las desarrollamos. Nosotros hablamos con ellos lo máximo”, comenta Mª Teresa.
Despedida del curso escolar 2015/2016 en el Colegio Diocesano San Francisco de El Pardo
Emotiva despedida a alumnos del Colegio Diocesano San Francisco de El Pardo (curso 2013/2014)