«En El Pardo, a la Guardia Real se nos quiere y se nos entiende muy bien», coronel jefe Pablo Mateo y Álvarez de Toledo
En octubre de 2022, este militar ocupó el cargo y, con él, la responsabilidad de ser el jefe de la unidad militar que representa a las Fuerzas Armadas ante la Corona. No era la primera vez que cruzaba las puertas de un cuartel de la Guardia Real, este valenciano criado en Toledo estuvo destinado aquí en dos ocasiones anteriores. Por ello, era conocedor de la gran familia que forman sus miembros, los valores que llevan por bandera y, también, del apoyo que reciben de los pardeños
¿Cuándo ingresó en el Ejército y qué le motivó a hacerlo?
Para mí, ser militar no es solo un trabajo. Lo entiendo como una vocación y un estilo de vida. Procedo de familia militar y eso me ayudó mucho a entender la milicia y los valores que aquí se viven. Considero que servir y darse uno mismo es la mejor manera de crecer interiormente y, por eso, me encanta ser militar. Lo pensaba así cuando ingresé, en 1990, y la vida y los años de servicio me lo han ido confirmando.
¿Qué destinos ha tenido?
Mi primer destino fue en la Bandera de Operaciones Especiales de la Legión, donde pasé todo el empleo de teniente. Luego he estado en la Academia de Infantería, el Estado Mayor de la Defensa, en un cuartel de la OTAN en Reino Unido y tres veces, con diferentes empleos, en la Guardia Real.
¿Cuál le ha marcado más y por qué?
Cada destino va conformando la personalidad militar, porque en cada uno se interiorizan los valores que se inculcan y se viven. Quizá la Legión fue el que más me ha marcado, por ser el primero.
En octubre se cumplió un año de su nombramiento como coronel jefe de la Guardia Real. ¿Cómo resumiría los últimos 15 meses?
Han sido unos meses muy intensos. Primero, para amoldarme al nuevo puesto, entender la unidad en profundidad y, sobre todo, conocer a los guardias reales que la forman y que son la esencia de la misma. Por otro lado, por la responsabilidad que tengo desde el primer día como jefe de la unidad militar que representa a las Fuerzas Armadas ante la Corona.
¿Cuál es su labor en la Guardia Real?
La principal es garantizar que se cumplen los tres cometidos esenciales que tenemos asignados, a la vez que se busca la excelencia en cada detalle. Estos son guardia militar ―es decir, seguridad—, honores militares y escoltas solemnes a caballo o en moto.
¿Cómo es su día a día?
Empiezo temprano con el izado de bandera, como en toda unidad militar. Si la agenda me lo permite, hago deporte y, con el fantástico equipo de apoyo que tengo, coordino y organizo todas las actividades de instrucción y desarrollo de actos. También, tengo una importante carga de trabajo institucional, que se lleva a cabo mediante mi participación en distintos actos a la vez que me aseguro de que se da el servicio que se nos exige.
¿Qué piensa que aporta y puede aportar con su trabajo?
Lo fundamental para mí es poder transmitir a todos los guardias reales la importancia de su labor en apoyo a la Casa de S. M. el Rey, lo que exige de sus miembros una dedicación permanente y que comprendan lo esencial de la labor que desarrolla cada uno de ellos. Trato de hacerlo con el ejemplo y la experiencia de los años de servicio. Por supuesto, también cuento con el asesoramiento de los expertos en cada materia, incluso con mayor bagaje que yo en algunas de ellas.
¿Se ha puesto algún reto en la Guardia Real?
Tengo que reconocer que me ha costado, porque mis antecesores me han dejado el listón muy alto y un gran legado. Mi idea es mantener el nivel y ser capaz de transmitir los valores de la Guardia a las nuevas generaciones que van llegando.
Aquí estuvo destinado con anterioridad. ¿Dónde y cuál fue su labor?
De capitán, entre 2001 y 2006, tuve el privilegio de mandar la Compañía de Infantería de la Guardia, los Monteros de Espinosa y, además, de contribuir con mi trabajo en el Estado Mayor. De teniente coronel, entre 2016 y 2020, mandé el Grupo de Honores. Este último periodo incluyó la parte más dura de la pandemia, pero me queda el orgullo de haber podido contribuir al apoyo a toda la sociedad.
¿Qué sintió la primera vez que pisó un cuartel de la Guardia Real?
Una gran responsabilidad, por la duda de si podría estar a la altura de servir en esta unidad, hasta que fui consciente del gran equipo humano que la compone y que siempre me ha apoyado. Me sorprendieron los cometidos tan trascendentes que se le encomiendan a la Guardia Real.
¿Qué le gusta más de este destino?
El ambiente, el grado de compromiso y la confianza que se respira entre todos sus miembros. Es como una gran familia; eso sí, con el respeto debido y las formas militares. La Guardia Real sirve a todos los españoles a través de la entrega constante de un grupo de profesionales que solo trabajan en el marco de la excelencia.
¿Cree usted que la Guardia Real es lo suficientemente conocida por los ciudadanos? ¿Se conoce realmente su labor?
Pues, sinceramente, creo que debiera ser más conocida. Tenemos una web estupenda que actualiza nuestras actividades; una Sala Histórica (museo) visitable de forma gratuita por quien lo desee; cada año hacemos un despliegue durante una semana en una provincia de España tratando de impulsar la integración de las Fuerzas Armadas en la sociedad, a la que servimos y participamos en numerosos actos y desfiles, como el Día de la Fiesta Nacional, el Día de las Fuerzas Armadas o cada primer miércoles de mes en el relevo solemne en Palacio Real. Aun así, mucha gente no conoce que somos la Guardia Real más antigua de Europa, con una historia impresionante, y presumimos de combinar esa tradición con la modernidad y la exigencia que nuestras actividades nos demandan.
Si hiciéramos algo similar a un ranking mundial de guardias reales, en cuanto a antigüedad y excelencia en el trabajo, a la española ¿dónde la situaríamos?
Como he mencionado, somos la Guardia Real más antigua con hechos, orígenes y tradiciones que rondan la leyenda. Presumimos de que «junto al Rey deben estar los mejores». Eso no quiere decir que lo seamos solamente por llevar la boina azul con el escudo de armas real, sino que nos formamos y esforzamos día a día para buscar la perfección en todo lo que hacemos.
¿Tiene ventajas y desventajas estar ubicados en El Pardo?
El Pardo es un entorno singular y magnífico, con una población que siempre nos acoge y nos apoya. Muchos son descendientes de antiguos guardias y nos tienen un especial cariño, además de entender perfectamente nuestra función. Trabajar en El Pardo nos permite estar cerca del Palacio de la Zarzuela, del Palacio de El Pardo y del Palacio Real de Madrid, que son los sitios donde más se nos demanda.
¿Cómo es la relación de la Guardia Real con el barrio?
Cordial, cercana, entrañable, de apoyo… No se puede pedir más. Sobre todo, creo que en El Pardo a la Guardia Real se nos quiere y se nos entiende muy bien.
¿Y la suya? ¿Y con los pardeños?
Yo soy valenciano de nacimiento, aunque me he criado en Toledo. Sin embargo, ya estuve cuatro años viviendo con mi familia en El Pardo en mi etapa anterior, y ahora he vuelto. Este sitio es especial. Me atrevo a decir que no es como Madrid, tiene una esencia distinta al centro ciudad; más cercano, más familiar y con una estupenda acogida a los que llegamos.
¿Qué es lo que más le gusta hacer aquí?
El entorno es fantástico para pasear y hacer deporte. Además, permite socializar en sus bares y restaurantes con muy buen ambiente y excelente gastronomía.
Usted reside en El Pardo. ¿Por qué tomó la decisión?
En un puesto tan demandante como el mío lo mejor es vivir «a pie de obra». Además, personalmente, me encanta vivir en El Pardo y respirar un ambiente familiar y de naturaleza.
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