Cinco frailes y un donado del convento del Cristo de El Pardo serán beatificados en octubre
El domingo 13 de octubre tendrá lugar en Tarragona una solemne ceremonia religiosa en la que se beatificará a unas 500 personas. Entre ellas, estarán cinco frailes del Convento del Cristo de El Pardo y un donado perpetuo que vivió en él. Todos ellos fueron fusilados durante la Guerra Civil por no renegar de la fe.
Los mártires capuchinos de El Pardo, como se les llama desde los trágicos sucesos, son fray Alejandro de Sobradillo, que murió siendo superior del convento; fray Gregorio de la Mata de Monteagudo y fray Carlos de Alcubilla, entonces profesores del seminario; fray Primitivo de Villamizar y fray Gabriel Aróstegui, el único asesinado en el convento del Cristo de El Pardo. Norberto Cembranos de la Verdura, aunque fue fusilado como religioso, era donado; vivía la vida de religioso sin haber hecho los votos.
Todos ellos se convertirán dentro de tres semanas en los primeros beatos del convento del Cristo de El Pardo. Algo que alegra a la orden capuchina porque, como nos explica fray José María Lana, superior del convento, “los cristianos aprendemos de estas situaciones. Es una invitación a ser fieles a nuestra fe y ser coherentes en las distintas circunstancias históricas en las que nos toca vivir. Su beatificación no tiene que ser nada que nos tenga que engrandecer. Son religiosos sencillos y modestos que fueron coherentes en esas circunstancias que nadie buscó”.
Junto a los frailes y donado de El Pardo, se beatificará a otros 27 capuchinos. Su causa la ha llevado su orden. “Nosotros hemos impulsado su beatificación, concretamente, el responsable es el fraile Alfonso Ramírez Peralbo. El procedimiento dura muchos años y es complicadísimo. Incluye una fase diocesana en la que se investiga cómo eran los beatos y su vida. En esta investigación se habla y entrevista a personas que conocieron a los beatos, familiares… Realmente, la causa tiene muchas fases y muy rigurosas. Después de los procedimientos se va a Roma”, nos explica el superior del convento del Cristo de El Pardo.
¿Quieres ir a la beatificación?
La ceremonia de beatificación de los mártires capuchinos de El Pardo tendrá lugar en el Complejo Educativo de Tarragona. Las razones por las que se ha elegido esta ciudad son varias. “La mayor parte de los que se van a beatificar son de allí. Por otro lado, el obispo de Tarragona está en esa causa y, además, es el lugar de los primeros mártires de la Iglesia en España”, nos comenta fray José María Lana.
A la misa solemne, en la que se leerá el decreto que el papa ha escrito de declaración de beatos, pueden acudir todas las personas que lo deseen. El convento del Cristo de El Pardo ha organizado un viaje para los interesados. La fecha límite para apuntarse es el 22 de septiembre. La inscripción se puede hacer en la portería del convento o a través del número de teléfono 91 376 08 00.
¿Qué les sucedió a los beatos de El Pardo?
Beato Alejandro de Sobradillo era el superior del convento cuando fue asaltado el 21 de julio de 1936. Tras suplicar a los milicianos que respetaran la vida de los muchachos del seminario, fue detenido y encerrado con los demás religiosos en los sótanos de los cuarteles de El Pardo. Poco después, le dejaron libre y se refugió en casa de una familia, pero alguien le denunció y le volvieron a detener el 15 de agosto de 1936. A la mañana siguiente, su cadáver fue encontrado en una calle de la ciudad con el rostro desfigurado.
Beato Gregorio de la Mata de Monteagudo era profesor en el seminario de El Pardo cuando fue descubierto por los milicianos en su refugio y trasladado a la cárcel. Al principio no sabían que era capuchino y a punto estuvo de salir en libertad, pero cuando se supo le llevaron al Alto del Hipódromo y, a traición y por la espalda, fue acribillado a balazos en la madrugada del 27 de agosto de 1936.
Beato Carlos de Alcubilla también era profesor en el convento del Cristo. Cuando fue asaltado logró escapar de los milicianos y huyó a El Escorial, donde trabajó en un establecimiento. No obstante, al poco tiempo se le reconoció como religioso al negarse a blasfemar y empezó su calvario. Después de ser encarcelado y sufrir maltrato físico, fue ejecutado el 14 de enero de 1937.
Beato Gabriel de Aróstegui. El 21 de julio de 1936 empezó su pesadilla. Ese día, mientras se escondía de los milicianos en el Monte de El Pardo, fue descubierto por los que habían ocupado el convento. Durante varios días le retuvieron allí y le forzaron a blasfemar. Ante su negativa y su insistencia al decir “mátenme, pero no blasfemo”, el 23 de agosto de 1936 tres milicianos le dispararon y le dejaron desangrarse en la puerta del seminario. (Puedes leer la entrada anteriormente publicada: «Triste aniversario en el Convento de los Capuchinos de El Pardo«)
Beato Primitivo de Villamizar estaba al servicio del seminario seráfico desde hacía 21 años. Tras su detención, fue liberado y acudió a casa de unos sobrinos suyos. Meses después fue reconocido como un fraile de El Pardo y el 19 de mayo de 1937 unos milicianos le detuvieron y le hicieron desaparecer. Probablemente, murió al día siguiente.
Beato Norberto Cembranos de la Verdura no era fraile sino donado. Llevaba seis años de servicio en el convento cuando se refugió en una pensión y fue detenido junto con otro religioso. Los que le detuvieron pensaron que era fraile y le fusilaron el 24 de septiembre de 1936.
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