¿Cómo era el pardeño del siglo XIX?
De complexión robusta y en extremo saludable. Así describe al pardeño de finales del siglo XIX el libro ‘Real Sitio de El Pardo. Crónica de los pueblos de la provincia de Madrid’, de Manuel Ayala y Raya.
En el capítulo ‘Carácter, usos y costumbres’, el autor habla de los mayores y jóvenes que habitaban en el entonces pueblo. Así, de los primeros señala su aguante y vivacidad. “Llama justamente la atención el ver ancianos de setenta y cuatro a setenta y seis años, que por su estado excelente de agilidad y resistencia parecen jóvenes, pues dan sus largos paseos sin fatiga y resistiendo las inclemencias del tiempo, así como sus trabajos del campo sin molestia alguna”.
En cuanto a los niños, el escritor indica que los de 10 y 12 años “en la temporada de otoño e invierno se pasan todo el día en el campo acompañando a cazadores, y muchas veces cargados con piezas de caza en cantidad que constituyen un peso superior a sus fuerzas y edad, y regresar a la noche a sus hogares tranquilamente”.
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