El pardeño José Manuel Díaz Palomares intentará batir un récord mundial
El pardeño José Manuel Díaz Palomares se fue a vivir a Mallorca hace 12 años. Aunque en El Pardo empezó a entrenar con la bici, fue en la ciudad balear donde el ciclismo se convirtió en su gran pasión. Allí, poco a poco, fue descubriendo el ciclismo de ultrafondo y marcándose un reto tras otro. Hasta hoy, ha participado en pruebas durísimas, como la París-Brest-París o la Madrid-Gijón-Madrid. También, ha pedaleado en carreras no competitivas de 1.000 km.
José Manuel reconoce que le gusta desafiarse a sí mismo, y eso es lo que volverá a hacer el próximo sábado 1 de junio. Ese día, el deportista de El Pardo intentará batir el récord del mundo de 1.000 km en pista cubierta, para mayores de 50 años. Actualmente, la marca está en 41h 52 minutos. La prueba empezará a las 8 de la mañana y concluirá cuando recorra los kilómetros. Se desarrollará en el Velódromo Islas Baleares de 250 metros.
ElPardo.net ha entrevistado a Palomares para conocer lo que supone para él este desafío, qué supondría batir el récord y el componente social y solidario que tiene, entre otras cosas.
– ¿Por qué te enfrentas a este reto? Quizá no haya un porqué. Me gusta desafiarme y vincularlo a causas que merecen la pena y, hasta la fecha, éste es mi mayor desafío.
– ¿Cómo te has preparado para superar el récord? Mi preparación ha sido la normal de cada temporada, añadiendo algún entrenamiento en pista para habituarme a ella. Las últimas semanas, después del Campeonato de España de 12 horas, en el que quedé segundo, me he metido más fondo en la pista.
– ¿Qué supondrá para ti batirlo? Otro reto superado y un sentimiento de alivio. Para afrontarlo he tenido que pedir a amigos y familia un esfuerzo extra para ayudarme, y no quiero fallarles. Tengo la confianza de que, hasta la fecha, todo lo que me he propuesto lo he terminado.
– ¿A qué otros retos te has enfrentado? He participado en pruebas no competitivas de 1.000 km. También, en la París-Brest-París (2015), Madrid-Gijón-Madrid (2013) y en la Londres-Edimburgo-Londres (2017), de 1200 y 1400 km. Además, tuve la suerte de recorrer a relevos EE.UU. desde Niagara hasta Houston por una causa solidaria. Fue una experiencia impresionante en lo personal.
– Háblame del componente social y solidario que tiene la prueba del sábado. Habitualmente, busco hacer un reto anual, al margen de la competición, y vincularlo a alguna ONG. La prueba del sábado 1 de junio está vinculada a la campaña solidaria ‘Pedales por Uganda’ de Life Mu Ghetto. Esta entidad sin ánimo de lucro está gestionada por una amiga mallorquina y su marido. Es muy pequeña y trabajan sacando a niños del infierno de vivir en la calle en uno de los países con más pobreza del planeta.
– ¿Y después? ¿Tienes otras metas en mente? Este año volveré a hacer París-Brest-París. Es la prueba más importante de este tipo de ciclismo y reúne a más de 7.000 ciclistas de todo el mundo. En lo competitivo, a finales de julio, intentaré volver a subirme al podio en el Campeonato de España de 24 horas, en Cheste.
– ¿Qué es el ciclismo de ultra fondo? Una modalidad poco conocida del ciclismo, en la que las distancias son bastante superiores al ciclismo convencional. Es una modalidad que te marca y conviertes en un estilo de vida.
– ¿De dónde viene tu pasión por el ciclismo de ultra fondo? Hice mis pinitos con la bici antes de salir de El Pardo, pero fue al llegar a Mallorca cuando me enganché. Empecé por la Mallorca 312 y, dos años después, probé distancias superiores y vi que podía y se me daba bien, por supuesto, también lo disfrutaba.
– ¿Cuánto tiempo llevas viviendo fuera de El Pardo? Llevo 12 años fuera de casa. Y digo ‘casa’ porque El Pardo es mi casa y me encanta pasar por allí cuando vuelvo a Madrid.
– ¿Por qué razón te fuiste? No hay un porqué en concreto. Decidí salir de Madrid y la vida me trajo a Mallorca.
– ¿Qué echas de menos del barrio? La tranquilidad y los paseos por el Monte de El Pardo, salir a la calle y estar en familia. Eso no lo he encontrado en ningún sitio.
– ¿Montabas en bici cuando vivías aquí? En tal caso, ¿dónde y cómo entrenabas? Sí, pero no entrenaba tan en serio. Rodaba hasta el cementerio de Mingorrubio, daba la vuelta, subía al Palacio de La Quinta, al tiro, al Convento del Cristo….y, si tenía tiempo, iba a la sierra madrileña.
¡SUERTE PALOMARES!
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