Torre de la Parada de El Pardo
El Pardo conserva la mayoría de las construcciones levantadas en sus límites por los monarcas españoles a lo largo de la historia. Por desgracia, una de las desaparecidas albergó en su día una colección importantísima de pintura flamenca y española; nada menos que 176 obras pictóricas fueron contadas en el inventario del año 1700. Aquel lugar se llamaba la Torre de la Parada.
Hoy sólo podemos ver ruinas de un sitio real que primero fue pabellón de caza por iniciativa de Felipe II cuando aún era príncipe. El arquitecto Luis de Vega construyó un edificio de marcada verticalidad en 1544, a la vez que se construía el Palacio.
Su transformación y ampliación la ordenó Felipe IV, en 1636, al arquitecto Juan Gómez de Mora, que lo transformó en un pabellón real y cuya decoración estaba dirigida a educar al príncipe Baltasar Carlos en las tareas de gobierno. Felipe IV encargó a algunos de los pintores más importantes, como Velázquez o Rubens, las obras pictóricas que colgaban de sus paredes, que por su cantidad, su coherencia temática y la extraordinaria calidad de algunas de ellas, convirtieron a la Torre de la Parada en uno de los puntos de referencia para la historia de la pintura flamenca y española de la época. Hoy, muchas de ellas se guardan en el Museo del Prado, aunque no todas están expuestas.
Agradecimientos: Asociación Amigos de la Historia de El Pardo