Hoy se abre la causa de canonización del padre Cipriano, párroco de El Pardo
En 1935 llegó a El Pardo Cipriano Martínez Gil, un joven sacerdote de 30 años que se había ordenado como tal siete años antes. Natural del Hombrados (Guadalajara), ingresó en el Seminario Menor de Alcalá con tan sólo 9 años y terminó sus estudios en el Concillar de Madrid. Antes de ser párroco en nuestro barrio, lo fue en Villa del Prado.
Tan sólo un año después de llegar a El Pardo, el 18 de agosto de 1936, fue asesinado en la tapia del cementerio del Cristo. Los hechos sucedieron un mes después de ser apresado cuando intentaba huir en autobús junto al joven sacerdote Joaquín, su coadjutor.
Hoy, 18 de marzo de 2017, se ha abierto la causa de su canonización y de la de otros 55 compañeros, sacerdotes y familiares. La ceremonia ha tenido lugar en la iglesia de la Concepción Real de Calatrava. Ha sido presidida por el cardenal Carlos Osoro, arzobispo de Madrid, y el monseñor Juan Antonio Martínez Camino, SJ, obispo auxiliar de Madrid.
¿Cómo fue la muerte del padre Cipriano?
Una vez apresados en El Pardo cuando intentaban coger un autobús, el padre Cipriano y su coadjutor fueron llevados al calabozo municipal, donde permanecieron 30 días. Transcurrido este tiempo, se les trasladó de nuevo a El Pardo y les subieron en coche al convento del Cristo. Cuando colocaron al padre Cipriano frente a la tapia del cementerio, éste dijo a los que iban a dispararle que les perdonaba de corazón. Inmediatamente después de los disparos, cayó al suelo y, aún con vida, añadió «podéis tirar, todavía no me habéis matado».